TORRERO - BALSA DE LARRALDE (21-8-2010)
Lo demás es sencillo. Apareces en Torrero, ves un canal (el Imperial de Aragón), y empiezas a remontarlo por cualquiera de sus orillas, a partir de Valdefierro solo por la izquierda. Pasas por las esclusas de Casablanca, al lado de la fuente de los Incrédulos, Valdefierro, diferentes almenaras, Garrapinillos, y al final la balsa de Larralde, en el barrio de Torre Medina, llena hasta las cachas de agua y aves acuáticas, y si pides las llaves en el bar las puedes contemplar desde un observatorio.
La vuelta la hicimos por el aeropuerto, entrando en el gigantesco y desierto parque de PLAZA, donde estaba funcionando el riego por aspersión, cosa que aprovecho Jesús para darse un baño en pelota picada en compañía de su bici. ¿He dicho desierto? Casi, sólo los pasajeros que ocupaban el avión que despegaba en esos momentos pudo contemplar ese cuerpazo. Por lo demás ni un alma, ¿quién va a haber a las 3 de la tarde en un parque con árboles pequeños que no dan sombra y a 40º? Sólo dos tontos.
Luego volvimos a Zaragoza por la otra orilla, la derecha, hasta casa, la República Independiente de Torrero, dónde cogí el uniforme de bañista y me fuí a la piscina de Salduba, dónde me esperaba otra banda. Cuando entre en el agua me pareció ver a la virgen entre los pinos.
Por último y para acabar, solo queda poner la nota gastronómica, que corrió a cargo de nuestro restaurante amigo de la zona, La Buhardilla de Garrapinillos, donde degustamos unas ensaladas XXL, unas costillitas y un bacalao frito con ajos, suficiente para seguir pedaleando... hasta Fraga, si hubiéramos querido.
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