LA COCHA, 1.040 m. (8-12-10)



Nuestra idea inicial de ir a Armantes y comer en Marivella fue frustrada por una batida de jabalí y el barrizal más que probable que se forma por esa sierra cuando llueve. Así que si Armantes se nos negaba no íbamos a permitir que se nos negara también el asado de Marivella. Así cogiendo como punto de partida dicho establecimiento me saqué de la manga dos ruticas con las que hice una, que consistía en subir a La Cocha, bajar a Huérmeda, subir a las ruinas romanas de Bílbilis, bajar de nuevo a Huérmeda y subir a Marivella, dónde previamente habíamos reservado mesa para cuatro comensales, todos ellos componentes de la Peña Gastronómica El Peregrino: Goyo, Miguel Lagi, Laureano y Chema.
A las 8 comenzamos a andar en una mañana sin mucho frío, pero con un molesto viento acentuado contra más altitud cogíamos. Primero fuimos paralelos a la ctra. nacional en dirección Zaragoza por su lado izquierdo hasta que poco a poco nos fuimos apartando y siempre por pistas hacia arriba, bien señalizadas, llegamos a la cima de la Cocha, modesta cumbre pero con buenas vistas de la comarca. La bajada la hicimos por la parte opuesta a la subida, por pista, en dirección hacia Marivella, pero decidimos arriesgar y meternos por un barranco desconocido, que más tarde nos dijo su nombre, San Blas, que estaba bien balizado, y a mitad de camino tiene un mirador desde el que se aprecian diferentes construcciones de varias épocas, desde romanas como Bílbilis a otras más modernas. El final del barranco era el pueblo de Huérmeda, que atravesamos por sus calles, para una vez cruzado el Jalón dirigirnos por la ctra. que va a Calatayud un km. aprox. para desviarnos hacía la monumental e histórica ciudad romana de Bílbilis.
Desde la ctra. hasta la ciudad hay una subida muy fuerte, que se ve compensada por la contemplación del teatro, el foro, las termas, y demás construcciones que rodean la ciudad, entre ellas bastantes aljibes. Retrocedemos por el camino de subida hasta Huérmeda, dónde una vez cruzado de nuevo el Jalón, lo remontamos por su margen derecha en un bucólico paseo por el soto que acompaña al río, hasta que el camino se separa del cauce y va subiendo poco a poco hacia Marivella, no sin antes cruzar por encima del AVE, que sale a saludarnos a nuestro paso.
Ya en el restaurante, y no sin antes echar una birra, la entrega de trofeos para todos los asistentes, que consistió en sopa con garbanzos, ese ternasco asado que fue el leit motiv de esta escapada, y todo lo demás en formato de vino, postre, café y copa. Y para bajar todo eso, un guiñotico a cara de perro, sin rencores.
Buena jornada, en inmejorable compañía, y es que, aunque hagamos lo mismo juntos, siempre es diferente, algunos lo llaman amistad.

Comentarios

Belén ha dicho que…
ASí me gusta Chema, siempre sacas rutas alternativas... tenemos mala suerte con las batidas de caza!

Besicos
CAMINATOR CELTIBERUS ha dicho que…
A veces cuanto más preparas algo, peor sale, y otras, improvisas y triunfas. Pues no podrán con nosotros esos cazadores de jabalíes.
CAMINATOR CELTIBERUS ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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